viernes, 1 de julio de 2011

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Creo que no puedo llegar a explicar con palabras lo que siento por ti. Son muchos días ya. Muchos cincos los vividos. En los que te he echado de menos, en los que te he querido, en los que te he odiado y no he sabido de ti. Pero aun así, sigues teniendo algo. Ese algo que enciende sensaciones desconocidas dentro de mi. Ese algo que provoca que seas lo primero en lo que pienso. Ese algo que me impulsa a quererte. Es que...eres único, ¿lo sabias? Pues si, no hay nadie como tu en todo el mundo. Eres inigualable, irreemplazable. Para las buenas y para las malas. Eres todo lo que quiero.¿Sabes lo que pasa? Que nunca acabas de estar preparada para sentir. Hay cosas que ni el corazón mas preparado del mundo puede soportar. En la vida se esconden penas, alegrías, confusiones. Se esconden millones de interrogantes que tienes que aprender a resolver. Y por ti solo. Hay veces que no hay nadie que pueda resolverlos, excepto uno mismo. A veces tienes que aprender a reconocer lo que es bueno para ti. A veces tienes que comenzar por las cosas pequeñas, para concluir con las grandes. A veces, tienes que derrumbarte para comenzar de cero. Y siempre es lo mismo. Pero vas prosperando, hasta que puedes darte cuenta de que todo tiene un doble sentido. De que todo sucede por algo. De que las cosas son como son porque tienen que ser así. De que si algo malo pasa, es porque algo bueno viene detrás. Aunque tu no te des cuenta. Pero a veces, nos interesa mas ponernos una venda para no ver las cosas malas. Sin darnos cuenta, de que también nos perdemos las buenas. Las cosas bonitas de la vida. Las que merece la pena vivir. No nos damos cuenta de que cuando miras hacia un lado, te pierdes todo lo que sucede del otro. ¿Y sabes lo peor de todo esto? Que no puedes mirar a dos lados a la vez.
                                        
                                                                     Por: Andrea Rey

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